Mes: mayo 2022

Arte precolombino: Origen y características

Antes de que Colón pusiese un pie en América, diferentes civilizaciones habían desarrollado sistemas sociales estructurados y con una interesante base cultural. Las culturas maya, inca o azteca siguen constituyendo interesantes fuentes de inspiración para la sociedad occidental. Sus aportaciones se alzan como importantes legados, también en lo que respecta al arte.
 
Todas aquellas manifestaciones estéticas desarrolladas en los tiempos anteriores a la irrupción de Cristóbal Colón se agrupan bajo el concepto de Arte Precolombino.
Éstas pueden responder a diferentes especialidades como la pintura, la escultura o la arquitectura.
 
Se cree que el origen del arte precolombino se sitúa entre el 1500 AC y el 292 DC, es decir, en el período de formación del continente americano. Los primeros esbozos vinieron de la mano de la cultura Olmeca. No obstante, su desarrollo alcanzó su cúlmen en el Período Clásico Americano, ubicado entre el año 292 y el 900 DC.
 
Aunque existieron diferentes tipos de Arte Precolombino que se desarrollaron en diferentes áreas geográficas, todos ellos comparten unas características comunes. Algunas de ellas son:
 
  • La escultura adquirió un protagonismo especial. La mayoría de vestigios del arte precolombino responden a obras escultóricas en las que se imprimía un alto componente simbólico.
  • Las obras de orfebrería se trabajaban predominantemente con materiales como el oro y la plata. En el arte precolombino azteca podemos encontrar una gran cantidad de producciones ornamentales. Los collares, joyas o pendientes son algunas de sus reliquias más representativas.
  • La alfarería cuenta con una gran variedad de estilos arraigados a las diferentes culturas. Su eclecticismo ha dificultado su clasificación aunque se sabe que fue desarrollada mayoritariamente por grupos sedentarios de agricultores. En sus producciones podemos encontrar útiles de uso doméstico como platos o vasos, pero también, otros orientados a finalidades puramente litúrgicas como las vasijas funerarias.
  • La religión se ubicaba en el centro de sus imaginarios. Sus creencias se clasifican dentro del animismo. Las fuerzas de la naturaleza, la sacralización de lugares determinados o la relevancia del concepto de dualidad son algunos de sus principales rasgos. El peso de las prácticas de culto es, sin duda, una huella fácilmente identificable en todas las creaciones precolombinas.
  • La cultura muisca nos deja importantes referencias artísticas, con objetos como las múcuras, un cántaro de cuello delgado en donde podemos encontrar una gran cantidad de motivos antropomórficos.
  • La representación de la divinidad también se llevaba a cabo a partir de imponentes construcciones. Un ejemplo de ello son las figuras de San Agustín. En total, se conservan más de 500 variantes, todas ellas talladas en piedra y situando en el centro conceptual a los dioses, los hombres y los animales. En ellas también podemos encontrar un reflejo de la complejidad que encerraba el culto religioso de estos grupos indígenas.
  • La funcionalidad también adquiría un espacio importante. Aunque lamentablemente muchas de las obras fueron fundidas por los conquistadores, algunas otras han logrado sobrevivir al paso de los siglos. Las herramientas y útiles de trabajo reflejan un elevado nivel de desarrollo y una técnica avanzada durante los proceso de elaboración.
Por redaccion 17 de mayo de 2022 0